Nada es dejado al azar en VIÑEDOS
Y BODEGAS JULIO CRESPO. Esta moderna bodega enclavada en la Finca Villazan,
Joara (Sahagun) y perteneciente a la D.O.
Tierra de León, esta bañada por el rio Valderaduey, que durante el paso de
los siglos ha conformado los terrenos sobre los que se asientan sus mas de 50
has de viñedo, estos terrenos son los ideales para el cultivo del viñedo, con
suaves pendientes de cantos rodados en superficie y poco contenido de materia orgánica.
El diseño de
la bodega de reciente creación, se ha realizado según las necesidades y
garantizando al máximo la calidad del producto, desde el cultivo de la vid en
el campo, hasta la salida de la botella de vino de la bodega y puesta en el
mercado. La apuesta por la sostenibilidad y respeto al medio ambiente es fuerte
en Bodegas Julio Crespo, los procesos de elaboración y embotellado garantizan
al máximo la protección medioambiental y la seguridad del producto, gracias a
una política de seguridad y defensa de los alimentos que certifica la seguridad
en la cadena de suministro, todo controlado por Luis Alberto Aguado, licenciado
en Ciencias Ambientales y responsable de seguridad y auditor interno. Para este
reto la bodega esta dotada de las más modernas tecnologías para la elaboración
y embotellado de sus vinos.
La bodega
cuenta con 3500 m2 divididos en tres zonas:
·
Zona
de elaboración: Donde se encuentran los depósitos de acero inoxidable con
camisas de refrigeración para el control de temperatura durante las
fermentaciones.
·
Zona
de crianza: Aquí se encuentran las más de 250 barricas que tiene la bodega para
realizar la crianza en roble de sus vinos, con un sistema autónomo de control
de humedad y temperatura.
·
Zona
administrativa: En esta área se sitúan las dependencias administrativas,
laboratorio, tienda y servicios.
Las 50 has de viticultura se reparten
entre cuatro variedades, prieto picudo, mecía y tempranillo como tintas y albarín
como variedad blanca. Las cuatro variedades están repartidas en dos tipos de
suelos diferenciados, por un lado suelos de canto rodado, pobres en materia orgánica
y otra zona con suelos más arcillosos y cascajo. Toda la superficie de viñedo
dispone de riego por goteo, para paliar el estrés hídrico provocado por los
veranos tan secos y calurosos que se dan por estas latitudes. El agua de riego
proviene de una balsa artificial que abastece las 300 has de la finca,
incluidas estas 50 has de viñedo. La viticultura de calidad, aplicando las más
modernas técnicas de gestión del viñedo, corre a cargo de Luis Aguado,
experimentado hombre de campo que conoce muy bien las necesidades de estos
terrenos y de los que consigue obtener la máxima expresión en las uvas.
La enología esta en manos del el
enólogo Juan Glaria, con gran experiencia en distintas zonas vitícolas del
mundo y que con los medios de los que dispone, saca el máximo partido en las
diferentes elaboraciones con las que cuenta la bodega.
PREMEDITACION, NOCTURNIDAD Y ALEVOSIA dan nombre a la trilogía enológica de monovarietales
con las tres uvas tintas que se cultivan en la finca: prieto picudo, mecía y
tempranillo respectivamente.
Nos vamos a centrar en PREMEDITACION: vino 100% prieto picudo,
Selección Especial de pagos de finca y con crianza de 12 meses en barricas de
roble francés en los que realiza la fermentación maloláctica.
La presentación del vino es en una
botella robusta troncocónica de color musgo, con una etiqueta elegante y
distinguida con capsula de estaño y corcho natural.
El color es un rojo picota intenso
con capa media y ligeros toques de evolución hacia los teja, fruto de la
crianza y la evolución lógica del vino. Presenta en la copa, lagrima densa y
poblada que nos hace presagiar la untuosidad y redondez del vino gracias a la
glicerina.
La nariz es potente y elegante, con
un buen equilibrio entre la fruta madura y los aromas terciarios especiados y
mentolados aportados por el roble francés. El vino se presenta franco y con
aromas bien definidos, la fruta negra madura como ciruela y compota predominan,
aunque también se aprecia orejones y regaliz de palo. La barrica le aporta
aromas a pimienta molida y eucalipto, todo ello con mucha intensidad.
A pesar de los cinco años que tiene,
denota juventud con una acidez equilibrada y una entrada intensa y redonda. El
paso por boca es aterciopelado y amplio, recorriendo toda la cavidad bucal y
dejando sensaciones muy agradables y placenteras. El melocotón muy maduro
permanece después del paso del vino, acompañado de regaliz y frutas negras del
bosque, potenciadas con los balsámicos de la madera. El final el largo y
elegante con recuerdos a torrefactos y regaliz.
Hablamos de un prieto picudo singular
y con un largo peregrinaje, gracias a la proximidad de la bodega al Camino de
Santiago.
SALUD!!!
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