Parece
un titulo contradictorio, pero es del todo cierto, MEORIGA BODEGAS & VIÑEDOS es una bodega enclavada en el término
municipal de Mayorga, provincia de Valladolid y perteneciente al ámbito
geográfico de la D.O. Tierra de León.
Meoriga
cuenta con un corto recorrido pero con una gran historia, su sede se encuentran
en las antiguas instalaciones de la Cooperativa Comarcal del Cea, que
aglutinaba a los viticultores de Mayorga y entorno.
David Urquizu Llorente es el presidente y
motor principal de Meoriga, que después de una mejora sustancial de las
instalaciones y la apuesta por las nuevas tecnologías, da el salto cualitativo
para el desarrollo de su actividad y situar a esta Bodega a la vanguardia de la
D.O. Tierra de León, apostando firmemente por la variedad prieto picudo que
representa el 75% de las 50 has de viñedo que poseen.
Las
50 has de viñedo en propiedad de la bodega, se encuentran todas en la misma
parcela y plantadas en espaldera, sobre terrenos franco-arcillo-arenosos pobres
en materia orgánica y profundos, terrenos ideales para el cultivo de la vid y
sobre los que ya en tiempos pasados existió el viñedo.
Al
timón de las elaboraciones, David Mateos Cabezón, enólogo por el que Meoriga ha
apostado fuerte para lanzar al mercado no solo vinos tradicionales, sino
también elaboraciones especiales que diferencien a Meoriga del resto de
bodegas. Las marcas de la bodega son: ESENCIA,
SEÑORIO Y KAPRICHO.
Recientemente
he asistido a una de las múltiples catas maridaje que la bodega está realizando
desde hace bastante tiempo por los locales gastronómicos de la capital Leonesa,
acciones muy enfocadas a la fidelización del cliente y a la formación del
consumidor, a parte de ofrecer una alternativa entretenida y gratificante en la
que maridan los vinos con productos típicos de la zona como el chocolate o en
este caso, embutidos.
David
tiene muy claro cual es el camino y no
duda en dedicar todo su esfuerzo a estas actividades que tienen tan buenos
resultados, pero que por otro lado, requieren de gran sacrificio y
organización. Los resultados son notorios y la presencia de los vinos de
Meoriga son cada vez mas presentes en los diferentes locales de la Capital.
Estos resultados son fruto de un buen trabajo y sacrificio personal, respaldados
por la calidad de las elaboraciones y la diversidad de vinos que el asistente
degusta acompañados por productos locales.
En
esta ocasión el lugar elegido para la Cata-Maridaje fue el Conocido Restaurante
El Racimo de Oro, que brindó sus instalaciones para este acto que congrego a más
de 50 personas.
Como
director de orquesta, el enólogo de la bodega David Mateos, nos presento los
vinos a catar:
·
ESENCIA 33 ROSADO
MADREADO 2012 100% PRIETO PICUDO:
Rosado
de corte moderno, elaborado con la técnica del “Madreo”, que consiste en la
adicción al mosto, una vez comenzada la fermentación, de racimos sanos y
enteros de uvas, para que se produzca una fermentación dentro de cada baya,
aportando mayor estructura, aromas, color y aguja al vino.
El
color es un rojo fresa con ribetes morados y finas burbujas de carbónico
natural.
En
nariz se presenta franco, con intensidad alta, destacando los aromas a fresa,
frambuesa e incluso algo de mora. Aromas muy frutales y frescos, que después de
un rato en la copa, se transforman en otros más melosos y de fruta compotada.
La
entrada en boca es amplia, por la acidez bien ensamblada con el grado alcohólico
y el ligero amargor característico de la variedad prieto picudo. El madreo
aporta estructura y redondez al vino, el paso es muy agradable y largo. Las
frutas que aparecen en la boca, recuerdan a frutas maduras, fresa, ciruela y
frambuesa. La aguja aporta largura e intensidad a las sensaciones gustativas.
·
SEÑORIO DE MOGROVEJO TINTO
CRINZA 2008 24 MESES DE BARRICA 100% PRIETO PICUDO:
Color
rojo picota con algún reflejo cardenalicio que indica la buena crianza del
vino, a pesar de los meses en barrica la oxidación no ha modificado en demasía
el color del vino, manteniendo los reflejos azulados. Capa media alta.
Al
acercar la copa a la nariz, vemos que la intensidad es media alta, destacando
aromas a cacao, vainilla, coco y especias como la pimienta y un fondo frutal,
de variedades negras y rojas como la mora y ciruela. El ensamblaje de la madera
con la fruta es armonioso y caminan de la mano formando un gran binomio.
Cuando
el vino entra en contacto con la boca, la sensación es sutil y aterciopelada,
con redondez y franqueza, se nota el cuerpo y la estructura sólida, propia de vinos
elegidos para guardas de larga duración. Aparecen las frutas de la nariz y la
retronasal potencia las especias y torrefactos de la madera. Final fino y
elegante, quizás algo corto.
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ESENCIA 27 BLANCO SEMIDULCE
2012 100% VERDEJO:
Una
de las novedades que están calando entre el consumidor leonés es este tipo de
vinos de corte moderno, diseñados para paladares que reclaman otro concepto de
vino diferente al habitual y sobretodo paladares femeninos. Son vinos más
frescos, más dulces, con más carbónico y que permiten a los no aficionados al
vino poder acceder e iniciarse en la vitivinivultura.
Color
amarillo brillante con reflejos verdosos y matices acerados, presencia de
finísimas burbujas de carbónico natural en la copa.
Nariz
intensa y compleja, destacando la fruta verde con las flores blancas y el dulce
del azúcar residual, aromas a manzana y piña junto con hinojo y anís.
En
boca es sorprendente, notamos el dulzor muy bien ensamblado con la acidez
propia del verdejo, las sensaciones agridulces nos aportan una frescura y
complejidad que no encontramos en los blancos secos y si le sumamos el carbónico
natural, el resultado es una explosión de sabores que no deja indiferente,
dando largura y persistencia al vino.
·
KAPRICHO TINTO
SEMIDULCE 2012 100% PRIETO PICUDO:
Estamos
ante una auténtica novedad, siguiendo la línea de los blancos semidulces que
tanta aceptación están teniendo, Meoriga pone en el mercado uno de los primeros
tintos semidulces.
La
elaboración de este vino es similar a la de los blancos semidulces, parada de
fermentación con frio en el momento que tiene la graduación y azúcar deseado y
posterior esterilización, para evitar problemas de refermentación por el
elevado contenido de azúcar.
El
color es impresionante, con una capa alta con un color de 10, no entraría
dentro de los rojos, seria más bien un color Nazareno brillante. Nos indica la
juventud del vino y la potencia que encierra.
En
nariz destacan los aromas a manzana verde, puede ser porque no tiene hecha la
fermentación maloláctica, junto con frutos rojos del bosque y notas de
torrefactos.
Cuando
el vino entra en contacto con las papilas gustativas, las sensaciones son
encontradas, por un lado el color potente de un vino tinto y por otro lado el
dulzor característico del azúcar residual. Resulta cuanto menos interesante y
novedoso. En boca tiene fuerza y los taninos jóvenes y aguerridos se agarra un
poco a las encías. Final lago y placentero que invita a dar otro trago.
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